lunes, 29 de julio de 2013

Mira que bien bailo, y todo porque me ha venido la regla.


Me voy a marcar un baile en bragas, que me ha venido la regla.

 

Todos y todas sabemos que en la publicidad nos engañan, y si no lo sabéis empezar a preocuparos por vuestra inocencia exacerbada (Dicho desde el amor) Por eso no nos extraña demasiado que un detergente muy famoso no nos deje las camisas más blancas que el manto de una virgen católica. Simplemente decimos “Yo esto no lo vuelvo a comprar” y dicha marca de detergente pierde unos cuantos clientes (Tal y como está producido el anuncio, parece que únicamente pierde clientes mujeres... De esto hablaremos otro día)

Así pues, sabemos que no todo lo que nos dicen por la televisión es cierto. No hay que olvidar que los señores que haces los anuncios buscan crearnos una necesidad, y nos convencen de que su producto es el más acertado a la hora de saciar esa necesidad (Vamos,  que nos manipulan como quieren) Entonces, un buen día estás amorronada en el sofá, en el salón de tu casa, pensando en que Rajoy debería dimitir, cuando te salta un anuncio de compresas, y por primera vez decides prestarle atención.

 

Bien, está claro que los anuncios de compresas están fabricados por alguien al que le faltan varios veranos.

En primer lugar nos ponen a una chicas monísimas de la muerte, súper delgadas (Todos sabemos que aquellas mujeres que tienen más de una talla 38 de pantalón, no tienen la regla) que sonríen y bailan al ritmo de música mala, y nos muestran con orgullo sus bragas y sujetadores, mientras aspiran una cantidad desorbitada de aire (¡Qué os vais a matar!) para decirnos, que por mucho que ellas anden en bragas, no huele ¡Y todo gracias a las compresas maravillas que absorben el olor! Gracias a los dioses, yo seguía siendo esclava de la ducha.

 

Olvidándonos de esto, pasemos al momento en que deciden que es buena idea pasearse en bragas, veamos, cuando tienes la regla te pones las bragas que mas seguridad te den, os aseguro que un tanga no es la ropa interior más optima cuando están sangrando las 24 horas del día. Así mismo el bailecito... (Un aplauso al coreógrafo) yo personalmente cuando estoy con la regla en lo único que pienso es en la gran cantidad de drogas que me tengo que tomar para remitir el dolor, y conseguir mantenerme en pie (Cada cual con su regla, y sus dolores) y en lo último que pienso es “Que bien ser mujer”, mi mente solo maldice a la evolución, a los hombres por no tener que pasar por la misma mierda una vez al mes (Foco de mi odio una vez al mes, pero es que a veces es para mataros) y en que quiero comer.

 

Una vez, un amigo me pregunto que si era de las que me ponía de mal humor con la regla, podría haberle dicho que no, que eso es un mito. Pero dejé de lado la idea de mujer moderna a la cual la regla le parece algo de lo mas bonito y natural, y le contesté que en esos días me transformo en una maquina de matar. Así pues, a todos los hombres que dicen “Estás de mal humor, eso es que estás en esos días del mes” deciros que puede que estemos o no, pero os aseguro que esa noche dormiréis en el sofá, así pues procurar estar atentos a las señales.

 

Si los anuncios de compresas nos muestran la regla como algo feliz, es porque como se sabe que la regla es algo que no se puede evitar, lo mejor es mostrar una cara amable ante el sufrimiento femenino, intentando que nos sintamos mejor, y lo único que consiguen es que a algunas de nosotras nos entren ganas de apagar la tele (Algo que no reprocho, así a muchas puede que les dé por coger un libro)

 

Luego tenemos los anuncios de tampones, y obviamente tenemos que hablar de lo último de tampax, donde Amaia Salamanca le mete un tampón a un chico en la mano, explicándole como se pone, el muchacho observa absorto el complicado mecanismo, y entonces tu piensas; “¿Para qué quiere saber el muchacho como se mete un tampón? A no ser que se lo meta por el hojaldre, claro”.

 

Está claro, que los señores de marketing decidieron hacer participes a los hombres de cómo se actúa ante la regla (o menstruación, o periodo, o menarquía.. Demasiados sinónimos) Porque está claro que vivimos en una sociedad moderna, donde todos podemos hablar de sexo, de sangrar una vez al mes, somos muy modernos, por eso tenemos que poner en nuestros anuncios de tampones a unos jóvenes admiradores de la mujer, y su capacidad de meterse un tampón, y nadar en el mar o la piscina sin miedo a que un tiburón la devore.

 

Y tras esta reflexión, me pregunto cuantos hombres se habrán quedado a leer esta entrada hasta el final.

 


 

 

domingo, 28 de julio de 2013

"50 Sombras de Grey" La mujer que de mayor quería ser sumisa.


“50 Sombras de Grey” La liberación sexual de la mujer ¡Anda, y vete a pastar!

 

Está claro que cuando la mujer hablaba de sexo abiertamente, unos cuantos pares de ojos se posaban sobre ella. Por un lado los hombres cargados de deseos sexuales, y por otro mujeres y hombres que no estaban muy seguros de querer saber que las mujeres también tienen deseos y fantasías.

Todos los hombres se hacen bromas entre ellos apelando a películas porno, revistas, videos caseros... Lo que os de la real gana. Pero la mujer se quedaba en un segundo plano, por lo que no sabías si ella tenía el mismo derecho que el hombre a ver a dos desconocidos montándoselo en una sala de espejos.

Lo que las jovencitas no sabían es que los libros eróticos (A veces, hasta románticos) estaban en La Casa del Libro, y que sus madres se los compraban para leerlos. Pero un buen día, y como resultado de un mal fanfic de la famosa (y mala) saga de “Crepúsculo” surge el libro “50 Sombras de Grey”

Un libro erótico, con tintes sadomasoquistas, y con dos personajes principales de lo más pintorescos:

Él es un joven empresario rico (Muy real, si señor) que esconde un oscuro pasado, y un gusto especial por dominar a mujeres sumisas.

Ella es una chica recién salida de la universidad, más inocente que Dora la exploradora, que se enamora de él y decide probar el sado únicamente para quedarse con el muchacho, más que nada porque en su interior piensa que le puede cambiar.

 

Este escrito nos lo presentaban como el libro que ha hecho que miles de mujeres de todas las edades no tengan vergüenza de afirmar que leen literatura erótica, ya sea en casa junto a su gato y marido dormido; como en el tren a hora punta.

Todas sabemos que el porno tiene toques machistas, así que cuando te presentan este libro así piensas “Vamos a darle una oportunidad” y dejas de lado tus reparos por el tema del sadomasoquismo, y obviamente la curiosidad también te mueve a leerlo.

 

Eso hice yo, menos mal que no me lo compré porque me hubiera arrepentido toda mi vida. Comencé a leerlo y (dejando de lado que no me gusta como la escritora narra la historia) lo primero que me “mosqueó” por así decirlo, fue el personaje femenino. Me pareció una chica de lo más tonta, demasiado simplona y con una mentalidad de lo más infantil. El colmo llegó cuando el personaje masculino, el señor Grey para las fans, todo caballeroso, cumpliendo su papel de héroe varón le pide a ella que se aleje, que él es un “chico malo”. Ella cumple su rol de mujer despechada llorando, enfadándose, y saliendo de fiesta para emborracharse. Pero un “juego caprichoso del destino” se encuentran y ella acepta que a su enamorado le van las fustas entre otras cosas.

 Cuestión, ella acepta ser su sumisa (Que asco de palabra) y él la procurará ropa bonita, un entrenador personal, y hasta un coche.

Es decir, tenemos una relación amorosa, basada en una relación de poder donde él es el dominante y ella la dominada. Él es un chico obsesivo que quiere saber hasta las fechas de su menstruación, y ella es feliz... No sé muy bien la razón, pero la escritora nos dice que es muy feliz la chiquilla.

 

Tras leerme el primer libro (Él único que me he leído de la famosa trilogía) me estuve riendo del mismo durante una semana. Que me presentaran este texto como “liberación sexual” me causaba risa y miedo al mismo tiempo. Llamadme loca, pero por muy bien que folle el “señor Grey” si a la chica en cuestión la despoja de su independencia, entre otras cosas, me parece de todo menos algo “liberador”.

 

Lo peor llega cuando en diversos círculos femeninos escuchas “Yo quiero un señor Grey”. Bien, analicemos esto, con esta frase decimos que queremos un hombre que nos controle nuestro ciclo menstrual, que nos regale cositas bonitas, y que nos pegue en la cama. (Cada vez que escucho esta frase, me dan ganas de agarrar un folleto contra la violencia doméstica, y plantárselo en la cara a la mujer que dice estas palabras.)

 

Con esto digo que “50 sombras de Grey” no es nada liberador, sino todo lo contrario, nos dice como actuar para el hombre en el sexo. Intrigada por saber si todos estos libros son así conseguí unos pocos de la misma temática, y la mayoría de ellos confirmaron mi teoría de que más que novelas eróticas, estos libros resultan manuales de cómo follarte a “tu hombre” y que se enamore de ti.

 

De repente llega a nuestras manos el libro “Los lugares secretos” de Paula Soler, donde se cambian las tornas. Él, David, es un abogado que se va a casar para “seguir el camino recto que debe hacerse en la vida de toda persona”, vamos que su vida es más sosa que el pan sin sal. Y ella, Irene, es una dominante, con varios sumisos a su alrededor. De este libro de momento no me atrevo a hablar demasiado, solo llevo leído un par de páginas.

Lo único que diré es que nos presentan a una mujer fuerte, que le va dominar a los hombres (¿Heroína germinalista? No lo creo) y que se encuentra con un abogado que parece ser que le encanta que le dominen.

Pero por lo que veo, presiento que ella se enamorará locamente de él, y sufrirán por su amor... Es decir, que de liberación sexual, tampoco lo veo (Más adelante, cuando lo termine seguro que escriba sobre este libro una entrada)

 

Por tanto, y para terminar: Mujeres del mundo, ver porno, leer literatura erótica, masturbaros, me da igual, pero por el amor de los dioses... No dejéis que un hombre os maneje vuestro ciclo menstrual. Y si igualmente queréis seguir leyéndoos libros cargados de sexo, recordar que el porno en internet es gratis, y no cuesta 18 euros (¡¡Cada libro!!) y que la red es un lugar enorme, donde seguro que encontraréis libros eróticos mejor escritos, y gratis (Its free)

 

¡Ah! Se me olvidaba, estos libros están escritos para mujeres heterosexuales, parece ser que el resto de colectivos no están incluidos en la mente de las autoras y autores.

Señores, señoras, no toda la población humana es heterosexual.


 

martes, 23 de julio de 2013

Adiós mi capitán.


Despedir a una camarada pirata.

 

Si la amistad es, junto al amor, una estructura social solo puedo agradecerle a la sociedad haber creado esta sistema de lazos entre individuos.

Siempre he pensado que sociedad (la gran masa) era estúpida, y que en la mayoría de los casos hacía las cosas sin pensar; pero ahora me doy cuenta de que fue la sociedad la que creo el amor y la amistad.

¿A que viene esto? Sencillo, mi pirata, (mi nakama en japonés) se marcha durante unos meses fuera de este país. Hace honor al mote que le puse en un momento dado, sin recordar la razón de que se lo pusiera. Ella se va a buscar su camino fuera de aquí, pero como los grandes piratas, sabe que el resto de sus camaradas la esperarán en el barco donde ella se ha criado. Ella traerá el tequila, y nosotras le pondremos el ron.

 

“Vuelvo en navidades” es lo que dice cuando el resto de la tripulación se queja de que su capitana salga a navegar sin ellas, lo dice para intentar animarnos, cuando es la tripulación la que debería animar a su capitana partir para buscar un nuevo tesoro.

Siempre he odiado el invierno, mi capitán bien lo sabe, pero este año deseo que lleguen cuanto antes las navidades y que con la nueva marea vuelva mi capitana vestida con un gorro de mariachi.

 

Yo solo quiero que ella disfrute de su aventura, y que no sé preocupe. La tripulación la esperará en el puerto paciente, y con miles de sonrisas a modo de cálida bienvenida.
 
 
 

 

 

domingo, 14 de julio de 2013

Hablemos de amor.


El amor, la antropología y la crisis de los 22 años.

 

No os confundáis, no me refiero únicamente al amor romántico (Típico de películas americanas al estilo clásico de “Lo que el viento se llevó” o las modernas “Rumores y mentiras) También hablo del amor entre familiares, y entre amigos.

 

Como ser humano el amor me parece necesario, es algo que está en la sociedad (Aun algunos lo vean muy poco) como antropóloga me parece un fenómeno social más, que en las películas sirve para reproducir patrones y estructuras familiares machistas.

Como ya dije en la primera entrada de este Blog, dentro de mi hay dos sujetos: La antropóloga analista, y el ser humano “normal” que se olvida de lo malo que es el capitalismo, e incluso de que lo que le gusta, le gusta por algo.

Estos dos seres a veces discuten, y en el tema del amor no somos capaces de llegar a una respuesta única.

 

El amor es una pauta social, la cual se relaciona con procesos cerebrales (Aun que no creo que esto último sea la causa de su aparición; lo siento colegas de la ciencia) Los seres humanos somos animales sociales, necesitamos el grupo para sobrevivir desde que éramos Homo Sampiens aprendiendo a manejar el fuego, y nos follamos a los Neandertales. Por esta razón el amor es algo razonable, y es una forma de protección, cosa que se ve perfectamente en un bebé que se abraza a su madre, la cual al ser un neonato prematuro lo cuidará hasta que se empiece a emborrachas (Antes a la edad de dieciséis años, hoy en día a los doce... Criaturitas, como diría mi Pirata) Entonces ¿Somos libres de amar?

Bueno aquí mi yo antropóloga me dice que no, que estamos condicionados, mi otro yo, el ser humano que coge el tren todos los días, y observa a parejas encariñadas en el tren piensa que no estaría mal vivirlo para dar una respuesta.

 

Entonces, si no somos capaces de amar libremente ¿Somos capaces de elegir amigos sin estúpidas pautas y estructuras sociales? La antropóloga os dice que no, que elegimos a nuestras amistades de a cuerdo a afinidades, e incluso a necesidades egoístas (Aquel a que le guste llamar la atención elegirá a aquel que sea empatico, aquel al que le guste ser el centro de atención elegirá a los débiles de personalidad) Entonces ¿Cómo es que a veces surgen amistades y parejas de lo más dispares? Pues o bien por rebelión en el núcleo familiar, o porque ambos no saben muy bien lo que quieren.

Es crudo ¿Verdad? Os estoy diciendo que no sois libres ni el amor, que vuestra pareja lo es porque cumple una serie de funciones que vosotros necesitáis. Es decir, sois unos egoístas, todos somos egoístas.

 

Entonces ¿Por qué no enamoramos? ¿Por qué nos sentimos tan bien cuando reímos a carcajadas con nuestros amigos en un bar? Sencillo, porque en esos momentos nos sentimos de puta madre.

 

Más tarde llegará el llanto y las traiciones, el sentimiento de que hay gente que nunca ha estado ahí, sino que simplemente necesitaba un favor, que le dejaras los apuntes, que le acompañaras al médico, que le llevaras en coche... Pero cuando hacemos el amor (O tenemos sexo, decirlo como os de la real gana) o cantamos una canción con nuestra hermana, o con nuestro mejor amigo en el coche a pleno pulmón, nos importa muy poco si esa felicidad corresponde a una estúpida estructura social, nos importa la felicidad y nos da igual que la felicidad de pueda traducir en una serie de fenómenos cerebrales.

 

Es en estos momentos cuando mi yo antropólogo se ahoga en sus propias teorías, y mi yo humano alza los puños victoriosa, y a la vez llora y piensa que es triste estar sola. Pero es en esos momento cuando la antropóloga le grita “No seas estúpida, es la crisis de los 22, te das cuenta de que tu no estás cumpliendo las pautas sociales diseñadas para tu edad, por eso te duele, porque no encajas” Pero... El sentimiento de no encajar ¿No es típico de la adolescencia? No, porque te das cuenta de que eres adulto y adulta, y que muchas cosas se han acabado.

Entonces ¿Eso significa que como conozco estas pautas y estructuras no estoy “programada” para tener amigos, o para querer a alguien? “Tonta” me vuelve a decir “Tu sabes que no necesitas eso, que es algo social” Pero entonces ¿Por qué me duele? ¿Por qué me duele que dos amigas se vayan fuera, si se que van a volver? ¿Por qué me duele ver a parejas besándose en el tren? ¿Por qué me duele estar sola escuchando música?

Duele, porque somos animales sociales, y porque no encajamos dentro de una estructura.... Nos duele, porque estamos solos y no tenemos a nadie a quién explicar qué es una estructura social.
 
 

 

martes, 2 de julio de 2013

grita, cierra los ojos y sobre todo, sobrevive.


Hace tiempo, desde los 16 años, la temática de terror me ha apasionado, ya sea en libros y en películas. Me daba igual que al llegar la noche me asustara, y tuviera que dormir abrazada a un cojín o a un peluche.

Mi obsesión por el terror aún hoy continua. Como gamer-antropóloga, mientras jugaba a Slenderman hace unos días, me asaltó la siguiente duda ¿Por qué a los seres humanos nos atrae el miedo? Sobre esto encontrareis millones de “trabajos” ya sean por psicólogos, psiquiatras... etcétera.

Yo me leí algunos trabajo, y no me quedaba muy claro la razón que daban estos trabajadores de la mente, no conseguía explicar por qué un señor con esmoquin negro, alto y sin cara me daba tanto miedo, y a la vez me atraía... Cosa que también me pasa a veces con Marilyn Manson.

Intenté buscar una respuesta antropológica a esta cuestión, pero no tengo ninguna base en comportamiento humano, os recuerdo que a mi me han domesticado para que piense en términos de feminismo y anticapitalismo.

Por tanto lo que leeréis aquí no estará plagado de terminología antropológica ni mucho menos.

 

Quizá sea que como dicen los antropólogos estructuralistas (Y algunos cognitivistas), los seres humanos tenemos tendencia a ordenar y clasificar las cosas, es decir, buscamos un orden y un equilibrio (Tengo la sensación de que los antropólogos de este palo eran bastante aburridos, y no pensaban en lo maravilloso que puede ser a veces el caos) Si es así el miedo rompería nuestras estructuras y nuestro orden, dejándonos solo con nuestra parte “primitiva” (En este momentos es cuando la mayoría de antropólogos se llevan la mano en la cabeza por usa el término “primitivo” y hacer caso omiso a las comillas que adornan la palabra) deja ver ese ser asustadizo y débil que somos. La concepción cognitiva, y la imagen mental de Slender rompe la estructura y el orden y nos dice “Cierra los ojos, y corre”.

 

También podemos acogernos a la hipótesis de los científicos sociales que miraban las prácticas mágicas y los símbolos desde una perspectiva intelectualista, con la teoría de la evolución debajo de su axila, mientras miraba a hombres de raza no blanca como seres menos evolucionados (No os dejéis engañar, la teoría evolucionista tira más a racismo que a otra cosa) y así estos señores (Reconozcamos que la mujer tenía mucho que decir y poco poder para hacerlo en estos tiempos) reconocerían que la magia es una forma de razonamiento menos evolucionado que el occidental.

Estos pobres diablos no pensaron que los occidentales tenían la lacra de la religión (tema que abordaré en otro momento si no me queman en la hoguera) y que además los occidentales también somos sensibles de creer que un señor sin cara nos espera a la vuelta de la esquina, cuando venimos de comprar el pan.

Por tanto los occidentales tenemos la misma capacidad de tener miedo y de ser racionales buscando respuesta en las sombras.

 

No sé que razón antropológica se esconde tras el miedo, y tampoco creo que lo sepa nunca a no ser que algún profesor lea esto y decida poner remedio a mi estupidez... A poder ser un profesor de antropología, respeto las otras áreas de conocimiento, pero simplemente no me interesa lo que tengan que decir sobre este tema en particular.

 

Simplemente puede que todos y TODAS estemos hartos de esta realidad tan jodidamente aburrida (¿Se puede decir “jodidamente” por internet? Lo digo por si Obama me está leyendo en estos momentos...) y nos atraiga la idea de que el miedo hace que la realidad se nos escape entre los dedos, que seamos capaces de perder totalmente el control.

 

Da igual, los seres humanos somos animales débiles, y por muchas armas que tengamos bajo la almohada (Esto va de nuevo por Obama) la oscuridad nos asusta, y nos atrae al mismo tiempo.

Nos atrae porque no podemos ser las “almas oscuras” que no nos dejan ser (Todo por culpa de las leyes morales de esta sociedad hipócrita) Y es que si, afirmo y reafirmo, de que todos tenemos un Slender dentro.

 

El miedo nos repele y atrae, da igual que por la noche veamos en nuestra silla de ordenador la figura estilizada de un señor sin cara. Con el miedo perdemos el control, nos alejamos de lo que quieren que seamos y únicamente nos preocupamos de sobrevivir.

 

Así que ya sabes, respira, grita y sobre todo no le mires a la cara.