El amor, la
antropología y la crisis de los 22 años.
No os confundáis,
no me refiero únicamente al amor romántico (Típico de películas americanas al
estilo clásico de “Lo que el viento se llevó” o las modernas “Rumores y
mentiras) También hablo del amor entre familiares, y entre amigos.
Como ser humano
el amor me parece necesario, es algo que está en la sociedad (Aun algunos lo
vean muy poco) como antropóloga me parece un fenómeno social más, que en las
películas sirve para reproducir patrones y estructuras familiares machistas.
Como ya dije en
la primera entrada de este Blog, dentro de mi hay dos sujetos: La antropóloga
analista, y el ser humano “normal” que se olvida de lo malo que es el
capitalismo, e incluso de que lo que le gusta, le gusta por algo.
Estos dos seres
a veces discuten, y en el tema del amor no somos capaces de llegar a una
respuesta única.
El amor es una
pauta social, la cual se relaciona con procesos cerebrales (Aun que no creo que
esto último sea la causa de su aparición; lo siento colegas de la ciencia) Los
seres humanos somos animales sociales, necesitamos el grupo para sobrevivir
desde que éramos Homo Sampiens aprendiendo a manejar el fuego, y nos follamos a
los Neandertales. Por esta razón el amor es algo razonable, y es una forma de
protección, cosa que se ve perfectamente en un bebé que se abraza a su madre,
la cual al ser un neonato prematuro lo cuidará hasta que se empiece a
emborrachas (Antes a la edad de dieciséis años, hoy en día a los doce...
Criaturitas, como diría mi Pirata) Entonces ¿Somos libres de amar?
Bueno aquí mi yo
antropóloga me dice que no, que estamos condicionados, mi otro yo, el ser
humano que coge el tren todos los días, y observa a parejas encariñadas en el
tren piensa que no estaría mal vivirlo para dar una respuesta.
Entonces, si no
somos capaces de amar libremente ¿Somos capaces de elegir amigos sin estúpidas
pautas y estructuras sociales? La antropóloga os dice que no, que elegimos a
nuestras amistades de a cuerdo a afinidades, e incluso a necesidades egoístas
(Aquel a que le guste llamar la atención elegirá a aquel que sea empatico,
aquel al que le guste ser el centro de atención elegirá a los débiles de
personalidad) Entonces ¿Cómo es que a veces surgen amistades y parejas de lo
más dispares? Pues o bien por rebelión en el núcleo familiar, o porque ambos no
saben muy bien lo que quieren.
Es crudo
¿Verdad? Os estoy diciendo que no sois libres ni el amor, que vuestra pareja lo
es porque cumple una serie de funciones que vosotros necesitáis. Es decir, sois
unos egoístas, todos somos egoístas.
Entonces ¿Por
qué no enamoramos? ¿Por qué nos sentimos tan bien cuando reímos a carcajadas
con nuestros amigos en un bar? Sencillo, porque en esos momentos nos sentimos
de puta madre.
Más tarde
llegará el llanto y las traiciones, el sentimiento de que hay gente que nunca
ha estado ahí, sino que simplemente necesitaba un favor, que le dejaras los
apuntes, que le acompañaras al médico, que le llevaras en coche... Pero cuando
hacemos el amor (O tenemos sexo, decirlo como os de la real gana) o cantamos
una canción con nuestra hermana, o con nuestro mejor amigo en el coche a pleno
pulmón, nos importa muy poco si esa felicidad corresponde a una estúpida
estructura social, nos importa la felicidad y nos da igual que la felicidad de
pueda traducir en una serie de fenómenos cerebrales.
Es en estos
momentos cuando mi yo antropólogo se ahoga en sus propias teorías, y mi yo
humano alza los puños victoriosa, y a la vez llora y piensa que es triste estar
sola. Pero es en esos momento cuando la antropóloga le grita “No seas estúpida,
es la crisis de los 22, te das cuenta de que tu no estás cumpliendo las pautas
sociales diseñadas para tu edad, por eso te duele, porque no encajas” Pero...
El sentimiento de no encajar ¿No es típico de la adolescencia? No, porque te
das cuenta de que eres adulto y adulta, y que muchas cosas se han acabado.
Entonces ¿Eso
significa que como conozco estas pautas y estructuras no estoy “programada”
para tener amigos, o para querer a alguien? “Tonta” me vuelve a decir “Tu sabes
que no necesitas eso, que es algo social” Pero entonces ¿Por qué me duele? ¿Por
qué me duele que dos amigas se vayan fuera, si se que van a volver? ¿Por qué me
duele ver a parejas besándose en el tren? ¿Por qué me duele estar sola
escuchando música?
Duele, porque
somos animales sociales, y porque no encajamos dentro de una estructura.... Nos
duele, porque estamos solos y no tenemos a nadie a quién explicar qué es una
estructura social.
¡Oh, sí que duele!... Gracias por ser la locura que buscaba esta noche para no sucumbir ante la propia enajenación supina de quien buscaba el mar y de topó con un teléfono móvil...
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